Hoy es 26 de febrero, el verano se comienza a despedir y una nueva etapa se comienza escribir, no sé si sera buena, eso espero.
Las noches se vuelven frías y las personas pierden la alegría del verano como los arboles pierden las hojas en el otoño, se cambia el horario y los hábitos, se comienza todo a regir por una agenda que se convertirá es nuestra mayor tortura. No quiero que mis acciones dependan de que DEBO hacer al otro día o que debo estudiar, quiero ser yo quien decide si mirar el cielo y las nubes todo el día, pero eso es solo una utopía, ya que en marzo, hay días que olvido ver el cielo, y contemplar lo hermoso del sol.
No quiero dejar de ver el sol todos los días, pero la rutina me obliga a correr y no tener 3 segundos para mirar y ver más allá de mis ojos.